Noche bajo el sauce llorón // Privado

Tras uno de mis viajes a la Tierra habia vuelto demasiado agotada del viaje hacia Limbhad y de éste, a Idhún. Siempre solía aparecer por la torre de Drackwen, asi que para protegerme tenia que acudir a Alis Lithban y quedarme allí resguardada bajo mi arbol favorito. Un gran sauce llorón al lado de un pequeño riachuelo. Sus ramas y sus hojas caian hacia abajo, cubriendo el suelo que habia alrededor de su tronco y a quien quiera que se sentara allí. Estaba en mi forma de unicornio cuando me tumbé bajo esas hojas y miré el riachuelo bajo esa luz de luna. Era una noche fría para ser finales de verano, pero no tenia ganas de quedarme en limbhad, asi que lo único que me quedaba era quedarme aquí. Nadie solia visitar Alis Lithban, y menos por la noche, asi que supongo que estaba segura. Las estrellas en el cielo danzaban alrededor de las tres lunas, tan majestuosas en los cielos idhunitas. Poco a poco mis ojos se cerraron, y me dormí arrullada por el sonido del agua y el suave viento que soplaba. No supe si alguien me estaba observando o no, que espero que no. Al cabo de pocos minutos de hundirme en ese profundo sueño, cambié a mi forma humana, quedando acurrucada hecha un ovillito sobre mi misma. Hacia frio, y no podia calentarme con nada, asi que me quedé ahí intentando darme calor a mi misma, respirando lenta y tranquilamente. Recuerdo que alguien hacia mucho tiempo me habia dicho que estaba muy linda al dormir, no sé quien pudo habermelo dicho, pero tampoco creia en esa opinión. Dormí sin darme cuenta de que alguien me habia estado observando todo el rato, y esperaba que no fuera nadie peligroso.

Estaba cansado de dar vueltas sin rumbo alguno por aquel bosque. Necesitaba algo de acción, de acción de cualquier tipo. Inmiscuirse en una pelea, robar algo de valor y arreglarselas para culpar a otro...Cualquier cosa valía para animar una de las noches que el chico había clasificado como de las más aburridas. Y es que su existencia en el mundo de los seis astros ya le aburría, no le veía sentido después de pasar por tanto. Creía haber conocido todo lo que se podía conocer. Vivía sin un propósito, sin un motivo, y con el deber de seguir viviendo. Como los de su raza eran pocos los tenían muy controlados. Vivir se había vuelto practicamente una obligación.

Suspiró mientras cruzaba por aquel claro con las manos en los bolsillos de ese viejo pantalón. ¿Qué le quedaba? Era la pregunta que tanto se repetía, un día tras otro. Aún se la repetía en ese momento cuando notó un cambio a su alrededor. No era algo que se notara así como así, pero él sabía que no estaba sólo. Alguien o algo estaba cerca. Se paró en seco un momento, esperando. Dio varios pasos suaves, que apenas se escucharon, y echó un vistazo entre los árboles. Había una luz, algo brillaba en ese lugar. Dirigió su mirada hacia donde provenía la luz y tuvo que entrecerrar los ojos porque le hizo daño aquel blanco tan brillante, tan puro. Nunca en su vida había visto alguien de su misma especie. No sabía que los demás fueran tan majestuosos, podía decir que incluso le daba miedo. Algo en su interior decía que no debía acercarse, que aquel ser era más puro de lo que él había sido jamás.

Se quedo observandolo mientras se tumbaba sobre las hojas caídas de aquel sauce. Era tan hermoso..No quería apartar la vista, si por él fuera no habría dejado de mirarlo. Pero al cabo de unos minutos el unicornio cambió. Ya no era blanco y majestuoso. Ahora tenía la forma de una hermosa muchacha de pelo verde. Parpadeó varias veces. Una hembra de su misma especie.

Se acercó pasado un rato, cuando pensaba que ya se encontraría totalmente dormida, y se sentó a su lado. Era una muchacha de facciones finas, él la encontraba guapa. Mucho. Y ese color del cabello..quedaba bien con el color de su piel. ¿De qué color serían sus ojos? Acarició su mejilla, apenas rozándola, no quería despertarla. Su piel era suave..Sonrió y se echó hacia atrás, apoyándose en el tronco del árbol. La miró de reojo una última vez y cerró los ojos..

Seguia durmiendo cuando senti una rafaga de viento helada, que hizo que me recorriera un escalofrio por todo el cuerpo. Tenia mucho frio, parecia que esta noche era de un dia en diciembre en vez de finales de verano, y no sabia como coger algo de calor, me acurrucaba haciendome un ovillito sobre mi misma, pero llego un momento en que eso ya no servia de nada. Aun estaba dormida, pero pude sentir calor a mi lado. Decidi arrimarme a esa fuente de calor fuera lo que fuera, tenia demasiado frio. Pero lo que no supe esque era un chico lo que estaba al lado mio, recostado contra el tronco del sauce, ni tampoco sabia que me estaba acurrucando en su pecho como una niña pequeña. No sabia si ese chico se habia despertado en caso de estar dormido, o le molestaba que estuviera alli acurrucada, pero no senti que nadie me echara asi que alli me quede. Tenia fria la piel y no tenia otro modo. No supe exactamente cuanto tiempo paso, pero un buen rato antes de que despertara, no completamente descansada pero capaz de quedarme despierta.

Al entreabrir los ojos mire al riachuelo, aun era de noche, y pensaba que seguia en mi forma de unicornio, ya que cuando me dormi era la que poseia. Por eso senti un miedo irracional al ver que estaba apoyada sobre una persona. Si era cierto, no solo me habia visto, si no que tambien lo habia tocado. Pero suspire aliviada cuando, al levantar la cabeza, vi caer mis cabellos verdes. Sonrei por el miedo que habia pasado en un momento y al levantar la vista, mis ojos dorados se cruzaron con otro de color violeta, y lo primero que pense fue que esos ojos eran hermosos. Lo segundo que pense esque al levantar la cabeza de su pecho estaba demasiado cerca de el, asi que me aparte al darme cuenta, con un pequeño sonrojo.- Lo siento.-dije un tanto avergonzada. En seguida volvi a sentir el frio en mi piel y pase una de mis manos por mi brazo, intentando quitar el frio. De repente pense que si estaba aqui, a lo mejor me habia visto de unicornio, y alze la vista con un atisbo de miedo en la mirada, cruzandose con la suya.- ¿Cuanto llevas aqui?.-susurre, con miedo. Parecia ser que Alis Lithban tenia mas visitantes que de costumbre. Me habia negado desde hace bastante tiempo a entregar la magia y pensar que lo pudiera haber hecho aunque solo fuera un poco y encima por descuido..

Notó que la chica se removía a su lado y la miró curioso. Era una noche fresca, algo poco común por la época en la que se encontraban. Ese último verano no había sido de los más calurosos, había habido días en los que había tenido que sacar la chaqueta del armario, pero este día tampoco le pareció demasiado fresco. Por la noche todo empeoró. La temperatura parecía haber bajado varios grados en cuanto los soles se escondieron. Ella parecía tener frío, quizás por eso se removía de aquella manera. La siguió mirando sin atreverse a abrazarla para darle calor, preguntandose si estaría bien.
Lo que no se esperaba es que fuera ella la que lo abrazara a él. Sus brazos se acurrucaron en su pecho y él la abrazó. Parecía indefensa así dormida y él pensó.. pensó que era importante que un ser tan hermoso no sufriera daños. La abrazó más fuerte, quería protegerla, aunque no la conocía de nada pero nada más por el hecho de ser quien era.

Cerró los ojos de nuevo hasta pasado un rato. No pudo dormir pero no quería moverse para no molestarla. La miraba de vez en cuando y le retiraba el pelo de la cara de forma dulce y la abrazaba, esperando quitarle algo de frío. En una de estas veces vio abrirse unos ojos ambarinos, claros, preciosos. Tanto como ella. La miró cuando se separó, preocupado de haberla asustado. Aunque estaba claro que lo había hecho. ¿Qué chica no se asusta al descubrir a un chico a su lado al despertar? Más si se había acostado sola.-No te disculpes, no pasó nada.-Le acarició la mejilla casi sin fijarse en lo que hacía. Estaba sonrojada y el sonrojo quedaba bien con ella.

-Puede decirse..-Respondió a la pregunta que ella hizo.-..que hemos pasado la noche juntos (?)-Le sonrió de medio lado.-Pero si lo que me preguntas es si te he visto en tu forma real, sí. Aunque no debes preocuparte por eso. Y si tienes frío puedes quedarte aquí, antes estabas bien. O eso parecía.-Se encogió de hombros y volvió a apoyarse en el árbol, mirándola, esperando alguna respuesta.

El contacto de su mano en mi mejilla me hizo estremecer, haciendo ese sonrojo un poco más fuerte. No sabia porque hacia eso pero me gustaba ese calor, era agradable en una noche tan fría. Sonreí un poco por lo que dijo, pero esa sonrisa se esfumó de mi rostro al confirmarme que me habia visto con mi verdadera forma. Pero dijo que no deberia de preocuparme.-¿Que no me preocupe?.-Mi voz sonó con un deje de sorpresa e incredulidad. ¿Como no voy a preocuparme? No sabia que hacer, ciertamente. Aunque queria pensar que solo me habia visto y que no hubiera tocado mi cuerno. Realmente entregar mi magia no era nada malo, pero queria conocer a esa persona, saber que tiene buenas intencionas, formar un lazo.

Y nada de eso habia pasado. Con un suspiro me senté a su lado, apoyandome en el tronco del sauce, pero no me atrevía a volver a apoyarme en él de esa manera. Aún estando dormida, ese acto ahora me da cierta verguenza. Miraba al suelo con cierta culpabilidad, hasta que levanté la vista hacia él y mi mirada se cruzó con la suya. Esos ojos.. habia algo que me llamaba la atención en ellos, algo especial, pero no supe identificarlo. Pero sentí que algo me unía a él. Algo que aún no sabia ver.

Baje la mirada, pensativa. Una idea pasó por mi mente. Quizás esa conexión que creía tener era por.. Mis ojos se agrandaron un poco al caer en la cuenta. La idea me parecia un poco improbable por la escasez de unicornios que habia en Idhún y también porque nunca habia visto a otro de mi especie, pero algo así explicaba sus palabras y su aspecto relajado. Levanté la vista, pensando qué, si pudiera perderme en esos ojos seguramente lo descubriría. Levanté la vista de nuevo y lo miré con una media sonrisa leve, por la emoción de encontrar a alguien como yo. Sin ser casi consciente de lo que hacia, cada vez me iba acercando más a él, examinando sus ojos fijamente.

Casi sin darme cuenta de la proximidad de la situación, podia sentir su respiración sobre mi rostro y unos nervios que de repente sentí sin motivo. Y entonces fue cuando lo ví. Ese destello, ese brillo tan puro que solo puede pertencer a un unicornio. Mi sonrisa se hizo un poco más sincera, pero mi voz sono débil y entrecortada cuando hablé.- Eres un unicornio.. -susurré como pude. Tanto esas palabras como la verdad que habia descubierto se quedaron en el aire, esperaba una respuesta por su parte que me afirmaba lo que habia descubierto. Me quedé así mirando sus ojos y ese hermoso destello con una mirada dulce, como tantas otras veces habia visto en mis propios ojos en el destello del agua.

La admiraba. No la conocía de nada pero la admiraba. Ese brillo que tenían sus ojos..Algo le decía que el de él era más débil. Era imposible compararse con ella. ¿Por qué?¿Por qué él era así? No nació de esa manera, pero había tomado un camino en la vida que lo había hecho ser diferente. Si hubiera seguido siendo él mismo..

La envidiaba. Ella tenía algo que él había perdido. Nunca olvidaría cómo era en su forma real. No olvidaría el brillo, la calidez de su cuerno, que se notaba desde lejos. No olvidaría la majestuosidad, la suavidad con la que caminaba, que practicamente parecía levitar sobre el suelo en lugar de pisarlo.

La deseaba. Como había deseado a tantas mujeres a lo largo de su vida. La deseaba por ser diferente de los demás y a la vez por ser igual que él. La deseaba porque era hermosa. Lo cautivaban sus ojos, el color de su piel, de sus cabellos. Era tan.. inexplicable.

Y la vio tan cerca de él. Su respiración chocaba en el rostro de la muchacha. Estaba seguro que si decía algo en ese momento sus labios se rozarían. Quizás por eso bajó la mirada hacia ellos un leve segundo.-Sí..-Durante ese susurro y tal como pensaba sus labios se rozaron. Pudo sentir la suavidad sobre su piel quedando, inevitablemente, con ganas de más. No quería que se separara de aquel lugar..al menos no ahora. Juntó sus labios con los de ella, apenas sin pensarlo. Fue algo tan electrizante... No sabía si era por ser de la misma raza o porque era pecado que alguien como él besara a un ser tan extraordinario. Y quería averiguarlo.

Al escuchar su respuesta afirmativa me sentí feliz. Por encontrar al fin alguien como yo, y por saber que no habia entregado mi magia a nadie. No guardo buenos recuerdos de eso, de una de las pocas veces que entregué la magia todo se torció, y.. no me gusta recordarlo de nuevo. Queria reir por el miedo tan irracional que sentí, y sonreí abiertamente. Hasta ahora no me había dado cuenta de la proximidad a la que estabamos, y me sonrojé un tanto por eso, dispuesta a separarme. Pero en menos de un segundo sentí sus labios sobre los mios, cosa que me sorprendió demasiado, haciendome abrir los ojos como platos. Nunca pensé que pudiera hacer eso, nunca pensé que fuera algo así.

Era vergonzoso que en todos mis años de vida no hubiera tenido contacto con un chico, pero prefiria mantenerme alejada de los humanos, no llegar a crear lazos con ellos. Las personas eran ambiciosas, y la magia escasa. Y no queria ser un juguete en manos de alguien. Así que se podría decir que este fue mi primer beso. Pero él no era un humano.. era un unicornio como yo..Por dios, ¿en que estaba pensando? No lo conocia de nada, ni si quiera sabia su nombre. Y aún así, el cuerpo siempre manda sobre la razón. Esos pensamientos pasaron por mi cabeza en milesimas de segundo, sin darme cuenta si quiera que mientras pensaba en eso, estaba correspondiendo a su beso y cerrando mis ojos lentamente. Nunca habia besado a nadie, pero ahí estaba dejandome llevar con alguien que no conocia de nada. Y eso me dolia.

Pasó tiempo antes de que nos separaramos por falta de aliento. Antes habia querido separarme, pero esa sensación era dulce y a la vez electrizante, me hacia sentir más escalofrios de los que ya sentía a causa del frío de la noche. Y era una sensacion sumamente extraña. Bajé mi rostro y mi mirada al suelo y todos los reproches anteriores aparecieron.- ¿Porqué has hecho eso? ¿Que demonios estoy haciendo?.-susurré con la voz entrecortada, separandome un tanto de el. No sabia que hacer o que decir. No podia negar que me habia gustado, claro, lo habia correspondido. ¿Que era lo que tenia en la cabeza? Todo podia parecer fácil pero para mí no lo era. No me gustaba ser así de impulsiva, y tan solo me dejaba llevar por él. No sentía nada por éste chico y no me agradaba la idea de dar rienda suelta a mi instinto con alguien con el que habia cruzado un par de preguntas- No nos conocemos de nada..- susurré mirando hacia otro lado y apoyandome de nuevo en el árbol.-

No se lo podía creer. Esperaba que se separara rápidamente y le diera una torta, como hacen habitualmente las demás si las besa de esa manera, pero ella correspondió. Al ver que tenía libertad para seguir se incorporó un poco más, lo intensificó, ya no era algo tímido y pendiente de permiso, sino algo libre, placentero, juguetón. Estaba dando rienda suelta a sus deseos, hasta que no tuvo más remedio que separarse porque no quedaba una gota de aire. Definitivamente tenía algo que lo atraía. Como que ese beso no fue normal. Tuvo la extraña sensación de que hubo magia en ese contacto. Magia. Y de la real, no de esa magia que se dice cuando dos personas están superenamoradas y ese rollo. No. Magia. Lo sentía.

Y le gustaba. Aunque al separarse a ella se la veía algo alarmada. Quería tranquilizarla, decirle que no habían hecho nada malo, que era de lo más normal del mundo.. aunque eso ya debía saberlo. La miró, miró cada minímetro de sus labios, de sus ojos, antes de responder.
-La respuesta es simple, lo hice porque me apeteció. ¿Te he molestado?-Luego escuchó el resto. No se conocían de nada, cierto, pero tenía la sensación de que se conocían desde siempre. Algo bastante irracional y que no ocurre todos los días.-Ya sé que no nos conocemos, pero yo no me reprimo si tengo ganas de algo ¿Sabes? Tenía ganas de ti en ese momento.-Se encogió de hombros y volvió a mirarla. Su pelo quedaba tan hermoso con las hojas de aquel árbol..Y esa forma de desviar la mirada.. Parecía que iluminaba el sitio al que miraba.-Nunca había visto alguien como tú..-Susurró más para sí que para nadie.

Me estaba observando, notaba su mirada sobre mí, analizandome y eso me hacía sentir insegura y avergonzada, haciendome sonrojar un poco, cosa que no me hacia mucha gracia. Porqué le apeteció.. no sé que respuesta queria esperar, al no conocernos de nada lo único que podia buscar era una cosa, y yo no se la iba a dar. Me costaba ver a un unicornio de esta manera. Aunque nunca me habia encontrado con otros de mi especie, siempre me habia imaginado a los unicornios como seres amables, dulces y cariñosos con todas las razas y personas. Pero se ve que no todos son así. Con un leve suspiro cierro los ojos. Ese beso ha sido especial, lo sé a habido algo más allá. Magia, quizás. Vuelvo a sentir su mirada sobre mí y por algún motivo me irrita. No me gusta sentirme insegura, para nada, y él lo consigue.- Supongo que si haces lo que dices esto lo habras hecho con muchas, y otras cosas menos reseñables.-digo abriendo los ojos con una mirada fría. Si queria jugar conmigo no lo iba a conseguir, no iba a ser uno de sus juguetes.

Con un pequeño impulso me levanté del suelo y, apartando las hojas del sauce, me acerqué al riachuelo. Hacia frío, pero el agua estaba templada después de todo el día de sol. Me agaché, quedando de rodillas frente al rio, cogí agua en abundancia y mojé mi rostro, sin que me importara que algo de agua resvalara hacia abajo. Queria quitarme el resto de sueño de encima y despejarme. Si era un mujeriego que hacia lo que queria con las mujeres no nos ibamos a llevar bien. Mojé una vez más mi rostro, mojando un poco mi flequillo haciendo que goteara después, aunque no me importó. Volví de nuevo allí, aunque me senté fuera del refugio de las hojas del sauce, para poder ver las estrellas y las tres lunas mejor. Siempre me evadia bastante del mundo al mirar ahi arriba, y sonrei dulce al ver la luna de Ayea, mi preferida de entre las tres. Rebajé mi sonrisa después de un poco de tiempo y lo miré.- Yo soy Alanna.-dije a modo de presentación. Estiré un tanto las piernas y apoyé mis antebrazos en la hierba, observando las estrellas y esperando algo más de respuesta.

Sonrió de medio lado, con esa sonrisa tan absolutamente encantadora que solamente a Shiro le queda bien. Más que bien. Aún sentado levantó una de sus rodillas y apoyó el brazo en ella. Sobre el brazo apoyó la barbilla, aún sonriendo de esa manera tan sumamente violable (?)
-Quién sabe y a quién le importa con quién he estado o estuve.-Sí, definitivamente él era diferente. Por eso, a veces, se sentía culpable de ser quién es y no aprovecharlo. Había echado a perder su raza así como así, sin preocuparse de nada y de nadie. Y lo estaba pagando caro. Podía comprobarlo cada vez que volvía a su forma real. Todo le recordaba que lo estaba haciendo mal, aunque él pasaba del tema. Al menos la chica no le pidió que le mostrase su forma de unicornio. Agradecía eso mentalmente. No quería que nadie viera en lo que se había convertido...

A través de las hojas de las ramas caídas de aquel enorme árbol la veía remojar las manos en el riachuelo, veía el agua caer, las gotas sobre su rostro, su cuerpo..Desvió la mirada, fijándola en el suelo que había frente a él. Contó las diminutas hojas del césped para pasar aquel momento y evitar volver la mirada hacia ella, hasta que notó que regresaba. Se levantó del lugar y la miró.-Tu nombre te hace honor. Tan lindo como tú.-Se acercó al riachuelo y mojó un poco su mano.-¿No te importa si te imito verdad? Creo que necesito reanimarme.-Se mojó primero los ojos, llevando el rastro del agua hasta sus labios, tocándolos, recordando durante un momento ese beso. Después, con ambas manos, cogió bastante más agua y se la echó por encima, por toda la cara, dejando que cayera hacia la camiseta y mojando esta también, haciendo que se le pegara al cuerpo. Repitió el movimiento y se remojó el pelo con una mano, despeinandose.

Volvió al cabo de unos minutos y la miró desde arriba antes de sentarse a su lado. Se tumbó en el suelo, apoyó los brazos cruzados y puso la cabeza encima. Miró el cielo, paseando la mirada por entre las estrellas, antes de susurrar.-Por cierto..puedes llamarme Shiro.

Lo miré cuando se levantó aunque no hice comentario alguno sobre el suyo de mi nombre. No era un nombre que me gustara mucho, pero era el que me habian dado mis padres, a los cuales ni siquiera conocia, pero a los que queria por haberme traido a este mundo. Aunque lo hubiera pasado mal en incontables veces, siempre encontraba algo que me sacara los malos pensamientos y los malos recuerdos de la cabeza. Asi que no me arrepentia de vivir.. simplemente me arrepentia de haberme equivocado tantas veces en el pasado. Me encogí de hombros cuando dijo que me imitaria para reanimarse un tanto, pero no sé porqué no retiré la mirada. Me quedé observandolo, viendo como se mojaba su rostro, como el agua caía por su cuerpo y mojaba su ropa. Desvié la mirada rapidamente, sin querer ver más y temerosa de que él notara mi mirada.

Al cabo de unos minutos volvió y se sentó a mi lado, bueno más bien se tumbó, y yo hice lo mismo ya que me estaba cansando de esa posición medio incorporada que tenía. Mi cabello se desparramó por la hierba, sensación que me agradó. Dejé una de mis manos sobre el suelo, la que estaba junto a él, y la otra descansaba sobre mi vientre. Con un leve suspiro volví a centrar mi mirada en Ayea, y sonreí un tanto, más por la visión que por otra cosa.- Bonito nombre, Shiro.- susurré. Me resultaba extraño estar así con él después de lo que había pasado. Y sí, ya sé que solo fue un simple beso, pero.. digamos que le doy demasiado valor a las pequeñas cosas, y más considerando que ese fue mi primer beso.

Dato que prefiero ocultar ante él. De repente sentí muchisimas ganas de volver a mi forma real, de estar acorde con la naturaleza, de sentir cada cosa a flor de piel, pero era algo demasiado intimo para compartir con alguien recien conocido, aunque él ya me hubiera visto, sin mi consentimiento por cierto.- Por tu comportamiento y tus palabras puedo deducir que eres un mujeriego al que le gusta jugar con nuestros sentimientos, ¿o acaso me equivoco?.-dije en voz baja. Creo que más bien pensaba en voz alta. No me gustaba la gente así, que hacia lo que queria cuando y como lo queria, tomando lo que necesita y abandonandolo después.

Nunca tuve una relación, pero sé que las cosas no son así, tampoco me partieron nunca el corazón, pero no hace faltarla sentirlo para saberlo. Hay gente que, lamentablemente, se ve destrozada por chicos como él. Y.. ¿si lo despreciaba tanto porqué seguia ahi con él? Quizás porque no tenia ganas de moverme, de volver a limbhad o a la Tierra. Queria estar en Idhún, en mi querido Alis Lithban donde nací hace muchisimos años atrás- Yo no seré una de esas mujeres, te advierto que no soy fácil y no caeré ante tí.- dije con una pequeña risa. Ni sé porqué lo dije, pero me sentí mejor después. El viento mecia el poco de mi cabello que quedaba libre y alzé mi mirada de nuevo hacia las estrellas, entrecerrando un tanto los ojos. La noche se veía preciosa desde allí abajo.

Cerró los ojos casi sin fijarse en lo que hacía. El silencio que había alrededor lo hizo relajarse, dejar de pensar por un momento en la vida que lo rodeaba. Podía parecer un chico creído y caer mal a simple vista pero, aunque quizás sí fuera así como se mostraba, había tenido una vida dura, más de lo que nadie al conocerlo pudiera imaginar. Y la verdad sobre su pasado sólo la sabía él. Estaba seguro de que no podía contarle a nadie lo que hizo aquella madrugada de invierno.
Volvieron a su mente imágenes de aquel entonces. Era bastante más joven, desde luego.. Volvió a escuchar las voces de esa noche.. Y una voz que no tenía nada que ver.

La voz de la chica lo devolvió a la realidad y lo hizo abrir los ojos, encontrandose de pronto con la noche sobre él. Con una mano se despejó los ojos. Acababa de darse cuenta de que estaba más cansado de lo que creía. Llevaba cosa así de un día sin dormir. Era poco, pero él necesitaba algo de descanso. Le cansaba estar cansado. Aunque estar en el bosque le devolvía energía.

La miró de reojo al entender la frase y escuchar la siguiente. Era cierto lo que pensaba de él, lo había calado totalmente y ya le había dejado claro que ella no caería en sus "garras" (aunque más que garras fueran pezuñas). Se pensó un poco la respuesta antes de decirle cualquier cosa.
-Dime una cosa, ¿Por qué piensas todo eso de mí sin conocerme?-Ella misma había dicho que no se conocían de nada.-¿Por un simple beso?¿Por la forma en la que hablo o por lo que digo? Quizás me estás juzgando demasiado rápido.-Se removió el pelo y se fijó que aún tenía algo mojada la cara, así que levantó su camiseta y se secó levemente la frente, dejando ver durante unos momentos su torso desnudo, con aquellos pectorales formados a base de ejercicio (?) y su piel morena por los soles veraniegos.

No me gustaba juzgar a la gente con tanta rapidez, pero creia tener razon en eso. Al menos en parte, porque sí podia ser verdad, que debido a situaciones o circunstancias del pasado, Shiro hubiera llegado a ser así, ¿pero yo que podía saber?. Me encogo ligeramente de hombros aunque es un tanto difícil así.- Quizás me equivoqué, pero no lo has negado.-digo simplemente. No tengo motivos para darle de porqué lo juzgué tan rápido, simplemente me dió esa impresión. Besando a una extraña porque le apetece y diciendo esas cosas no iba a dar la imagen de un santo precisamente. Lo había notado cansado hacia unos momentos, y me sentia mal porqué yo le estaba distrayendo cuando en realidad lo que queria era descansar. Iba a decirle algo cuando, al girar la vista, lo ví secandose la cara con su propia ropa, y un poco más abajo pude ver parte de su cuerpo al descubierto.

Me sonrojé y desvié la mirada casi enseguida, me incorporé mirando hacia otro lado. Vale que no mostrara interesa por ningun chico aún, pero a parte de unicornio, soy una chica, y ver eso no me hace gracia delante de él. Qué, si me hubiera visto, que no lo ha hecho (??) lo utilizaria en mi contra. Abrazé mis rodillas y apoyé la cabeza allí, mirando al frente.-Se te ve cansado, deberias dormir un rato.-dije en un susurro, aburrida de ser ya humana. Mira quien habla" pensé.Yo tambien estaba cansada y no dormía, y encima estaba ese frío que me daba más escalofrios a cada momento que pasaba, dejando mi piel de gallina. Decidí que lo mejor que podía hacer era irme.

Asi ni lo molestaria, ni pasaria frio, aunque tendria que dejar de nuevo Alis Lithban y volver a Limbhad, cosa que no tenia ganas de hacer, era otro transporte y me sentia demasiado cansada, asi que daria varias vueltas hasta poder recuperar fuerzas en mi forma real.-Creo que me iré, no quiero molestarte y además tienes que dormir, aunque aquí hace frío y no te lo recomiendo.- Lo miré una última vez con una sonrisa amable, e hice ademán de levantarme. En verdad me habia gustado conocer a ese chico, me daba la esperanza de que habia más de mi raza, y eso siempre era una buena noticia. Un viento helado sopló por el lugar, devolviendome a la mente la extraña sensación de aquel beso y antes de levantarme, impulsivamente me llevé los dedos a mis labios, acariciandolos levemente, con la mirada perdida en otros pensamientos.

Efectivamente, no lo había negado. Podía ser muchas cosas, pero intentaba no ser mentiroso. Tenía bien aprendido que de nada servía mentirle a los demás, como mucho escondía parte de la verdad. Y eso que ella decía era cierto, así que sencillamente no contestó, se quedó callado mientras soltaba la camiseta y la colocaba bien de nuevo.
Desde luego lo que había hecho le hizo perder puntos ante la chica, muchos, además. Le dio la impresión correcta de cómo era.. así que ahora ya tenía que ser así.

La miró al notar que se removía y se incorporaba. Al menos aún se preocupaba por él, algo era algo. Dormir un rato. Sí, seguramente le viniera bien, pero.. el césped húmedo bajo su espalda, el viento fresco..todo eso le despertaba, añadiendo el agua que acababa de echarse por encima.
-No te preocupes, sobreviviré algo más de tiempo despierto.
No lo dudaba. Había pasado sin dormir alguna semana completa y tampoco le había pasado nada. Aunque cuando se acostó no despertó hasta un par de días después. Sacudió la cabeza, no tenía ganas de recordar nada en ese instante.

Tan sólo la agarró de la muñeca al verla intentar levantarse, en un gesto casi involuntario, y se incorporó para mirarla. Tenía una mano en los labios y él sabía a qué venía ese gesto, pero no hizo ningún comentario sobre aquello. Sólo la miró a los ojos, dorados, brillantes, que lo cautivaron la primera vez que la vio.
-No molestas si es lo crees. Me agrada tener cerca a alguien de mi especie ¿Sabes? Llevo demasiado tiempo pensando que era el único y qu..-Se interrumpió antes de terminar la frase. "Y que lo había fastidiado todo". No, no pensaba decir eso. Pero realmente no quería perderla de vista, no sabía cómo volver a verla.

Sentí como su mano agarraba la mia justo cuando me incorporaba para levantarme completamente. Apenas escuché sus palabras, pero pude percibir que no terminó la frase entera. Su mirada se fijó en la mia en una milesima de segundo, antes de siquiera darme cuenta de que estaba cayendo sobre él por el leve tirón que dió de mi muñeca. Intenté caer bien, no queria hacerle daño por perder el equilibrio ni nada por el estilo, pero después de acabar como acabamos, no creo que eso le importara demasiado. Intentando acabar lo mejor posible, cada una de mis manos quedó a los lados de su cabeza, quedando a una distancia prudencial de su rostro, pero aún así, demasiado cercana. Me quedé con los ojos abiertos y los labios entreabiertos por la impresión. Solo habia estado asi de cerca de él cuando le habia mirado los ojos, y entonces ni siquiera era consciente de que podria intentar besarme.

Una de mis piernas reposaba a un lado de su cuerpo y la otra entre sus piernas. No estabamos tan juntos como la vez anterior, pero ahora si podía intuir que intentaria algo y no queria volver a corresponder a alguien por el que no sentia nada. Pero siempre que lo miraba me perdía en sus ojos, en el brillo dulce de éstos y en su cálidez. Aunque realmente todavia no habia sido asi conmigo. Ví como él se volvía a acercar a mí, y me sorprendí a mi misma acercandome también, sin darme la más minima cuenta. Me separé alarmada por ese hecho sin darme cuenta de qué, por el nerviosismo y el intentar quitarme de encima suya, la rodilla que estaba entre sus piernas, dió en un sitio delicado (?), provocando un quejido por parte del chico, el cual, sin remedio, me preocupó, por pensar en hacerle daño.

-L-lo siento. ¿Te he hecho daño? ¡Lo siento!.-volví a repetir, angustiada por haberlo hecho. Y el caso esque siempre me preocupaba por cosas tan insignificantes como aquellas, maldita naturaleza amable. Me volví a acercar un poco preocupada, pero no me imaginé que pasaria lo que iba a pasar, o quizás sí y quisiera pasarlo por alto. Aquel día no me habia llevado buena impresión de ese chico y estaba segura de que después tampoco mejoraria su imagen, pero sabia que en el fondo, no podia ser tan malo como parecía a mis ojos. Podia sentir una tristeza en él, pero no quise preguntar, sé por experiencia que no todos los momentos tristes y dolorosos se pueden compartir.

Ni siquiera se había dado cuenta de que había tirado de ella hacia sí con más fuerza de la debida, no había controlado eso en aquel momento. Y se sorprendió cuando la vio caer sobre él de aquella manera, completamente inesperada e involuntaria pero a la vez tan...tan. La veía tan cerca de él, casi como la primera vez que lo miró a los ojos, cuando despertó momentos atrás. No pudo hacer nada más que inclinarse de nuevo hacia delante, queriendo besarla de nuevo. Parecía que quería provocarla, sabía que seguramente lo odiaría si volvía a hacer eso. Pero mejor odio que indiferencia ¿No? Al menos era un sentimiento. Él preferiría que hubiera caído rendida a sus pies, pero también le ponían las difíciles.

Justo cuando él se inclinó hacia delante ella hizo un movimiento brusco hacia atrás moviéndose de tal manera que acabó clavandole la rodilla en partes sensibles del cuerpo del chico de ojos violetas. Emitió un quejido por lo bajo, aunque se escuchó más alto de lo que esperaba y ella se disculpó varias veces. Le dedicó una sonrisa para intentar tranquilizarla, pero aún así, dijo algo en un tono que habría puesto los pelos de punta a cualquier muchacha mientras sus brazos la rodeaban por la cintura y él rodaba por el suelo, quedando encima de ella.-Puedes hacer algo más para disculparte..-La agarró de las muñecas y las sujetó encima de su cabeza con la mano izquierda, impediendole que se moviera. Besó su cuello suavemente, hasta detrás de su oreja y susurró algo como..-¿Qué te parece la idea?-La besó un momento en la comisura de sus labios y después colocó sus labios sobre los de ella, abriéndose paso con la lengua hasta el interior de la boca de la muchacha, dispuesto a jugar con la lengua de ella todo lo que le fuera permitido.

Mientras continuaba aquel besó su mano fue soltando las de ella, totalmente concentrado en lo que hacía y olvidandose practicamente que la tenía sujeta..

Todo el sentimiento de culpa que pude haber sentido se esfumó cuando sentí sus manos alrededor de mi cintura, aferrandome más a él por un momento, para después girar en la hierba de aquel lugar, y quedar debajo de él. En esos momentos deseé no ser tan inocente, deseé no preocuparme por cada cosa y poder intuir lo que pasaba en ciertos casos. Pero ciertamente con esas cosas no seria yo misma. Pero, dejando un lado eso, me entraron ganas de haber hecho eso otra vez, golpearle aunque fuera un movimiento involuntario. Y me sentí mal por eso, porque nunca deseé el mal hacia otra persona. Sus palabras me hicieron estremecer, y su agarre en mis muñecas me hizo daño. Intenté soltarme pero me tenia firmemente cogida, aunque pude ver que solo usó la mano izquierda para eso. Sus labios no habian rozado mi piel hasta ahora, y al hacerlo, sentí un estremecimiento por todo el cuerpo.

Debo de aceptar que sus caricias, tanto como sus besos y sus manos en mi cintura anteriormente, me gustaban, pero a cualquier chica le puede gustar eso. éste chico deberia tener demasiada experiencia con las chicas como para hacer algo mal o algo que les desagradara. Y el susurro en mi oreja a continuación no ayudó demasiado. No queria esto.. él lo estaba haciendo consciente de que me enfadaria con él, o quizás lo odiaria. Aún así seguía adelante, y yo no podia liberarme de esas malditas ataduras que eran sus dedos. Al sentir el contacto de un leve beso en las comisuras de mis labios, involuntariamente, éstos se abrieron un tanto cosa que él aprovechó para besarme de nuevo, y ésta vez diferente. Estaba decidida a no corresponder ese beso, a no dejar de forcejear, pero al sentir su lengua buscando la mía, y ese contacto, me sonrojé bastante y todo se me olvidó por momentos.

Mi lengua buscó la suya para seguirle el juego, lentamente y después algo más rápido. Algo que se convirtió en un beso bastante apasionado por ambas partes, y de pronto me encontré con las manos libres, aunque sus labios aún contra los mios. Lentamente subí mis manos hasta su cabello, sin poder evitar acariciarlo un poco, aunque ese no era su verdadero cometido. Lentamente y con esfuerzo, separé su rostro del mío, echandome hacia atrás y abriendo los ojos, parpadeando por que ni siquiera recordaba cuando los habia cerrado. Llevé una mano sobre mi corazón que latia desbocado, esas emociones no eran nada buenas para mí. Todos los sentimientos que habia sentido antes vuelven a mí, confundiendo por una parte el odio que esas acciones me causan, al placer que siento por esas mismas acciones.

Ni siquiera controlé mi mano cuando voló hasta su mejilla, dando un golpe que resonó más de lo que quisiera. Retiré la mano casi enseguida, sin querer mirarle y me levanté de allí, queriendo salir del bosque tomando el primer camino que viera. Cuando ya estaba algo alejada de él, me giré un poco, mirandolo de reojo. No era capaz de mirarle con odio, no lo odiaba pero si me molestaba lo que hacia.- No quiero volver a saber nada de tí, Shiro.-susurré, consciente de que me oía. Poco a poco me fuí, sin escuchar ninguna palabra. Después de ocultarme mejor, me transporte a Limbhad y alli me quedé intentando olvidar a ese chico de una vez.